Si hay un científico con autoridad moral para decir que "el
mundo se acaba (por segunda vez)", ese es el biólogo y naturalista americano
Edward O. Wilson, autor de La diversidad de la vida (The Diversity of Life,1992; Crítica, 1994), La
Creación: salvemos la vida en la Tierra (The Creation: An Appeal to Save Life
on Earth, 2006;
Katz, 2007), El sentido de la existencia humana (The Meaning of Human Existence, 2014;
Gedisa, 2016) y, más recientemente, Medio Planeta (Half-Earth, 2016; Errata naturae, 2017), donde
sostiene que si preservamos la mitad de la Tierra libre de seres humanos será
suficiente para detener la extinción de numerosas especies vegetales y animales,
pero "si escogemos el camino de la destrucción, el planeta seguirá precipitándose
de forma irreversible en el Antropoceno, la época final desde el punto de vista
biológico en la que el planeta existe casi en exclusiva por y para nosotros.
Prefiero denominar esta opción con otro nombre, el Eremoceno, la edad de la
soledad. El Eremoceno es básicamente la era de la gente, de las plantas y
animales domésticos". Pocos científicos han sido capaces de crear una conexión
emocional tan fuerte con la Tierra como Wilson. Medio Planeta no sólo es la culminación de un
romance de casi un siglo —nació en 1929— con nuestro planeta, sino también un
manifiesto ecologista al mismo nivel que el de los derechos civiles. Medio
Planeta es lo
mejor que le ha pasado a la humanidad desde que Thoreau encontró su mejor compañía
en los bosques de Concord, Massachusetts, y así nos lo hizo saber en
Walden (Walden; or, Life in the Woods, 1854; Errata naturae, 2013): "Fui a los bosques porque quería
vivir deliberadamente, enfrentándome sólo a los hechos esenciales de la vida, y
ver si podía aprender lo que la vida tenía que enseñar, no fuera que cuando
estuviera por morir descubriera que no había vivido". No obstante, la preocupación de
Wilson es otra: que la Tierra se convierta en unos pocos años en un lugar inhabitable
como ya ha ocurrido antes. Desde la aparición de la primera bacteria en las
fosas marinas hace 440 millones de años, la Tierra se ha enfrentado a cinco extinciones
masivas en los periodos Ordovícico-Silúrico, Devónico-Carbonífero, Pérmico-Triásico,
Triásico-Jurásico y Cretácico-Terciario. Ahora está comenzando una nueva era de
extinción que amenaza incluso la supervivencia de la humanidad. Medio Planeta,
escrito con ruido y furia, como no podía ser menos, constituye el último y más
brillante eslabón del padre de la biodiversidad por concienciar a la sociedad
de las consecuencias dramáticas que una pérdida masiva de especies vegetales y
animales tendrían para la vida en la Tierra. A sus 88 años, próximo al fin de
sus días, Wilson mantiene intacta la lucidez, para suerte nuestra. Lean, lean.
Y después, miren por la ventana para asegurarse de que el mundo sigue ahí.
"A menos que la humanidad
aprenda mucho más acerca de la biodiversidad y actúe con rapidez para protegerla,
en poco tiempo perderemos la mayoría de las especies que conforman la vida en
la Tierra. [...] Una exploración biogeográfica de los hábitats principales de
la Tierra muestra que una representación total de sus ecosistemas y la gran
mayoría de sus especies pueden salvarse dentro de la mitad de la superficie del
planeta. Con un mínimo de una mitad, la vida en la Tierra se pone a salvo.
[...] Nacimos en los territorios naturales. Nuestras civilizaciones se
construyeron en ellos. Nuestra comida y la mayor parte de nuestras viviendas y
vehículos derivan de ellos. Nuestros dioses vivieron en medio de esas tierras.
La historia no existe sin las tierras salvajes".
Edward O. Wilson, Medio Planeta