domingo, 20 de febrero de 2022

El humo de la frase

No sé dónde leí que Aristóteles dijo que ser humano es vivir con otros seres humanos. De igual manera ser lector es vivir —no necesariamente en la misma casa ni siquiera en la misma ciudad— con otros lectores. A uno de estos lectores le debo el hallazgo de Mira que eres (Candaya, 2021) de Luis Rodríguez, cuyo anterior libro 8.38 (Candaya, 2019) fue calificado por la crítica como “una inteligente y sutil antinovela”*. Frase que podría servir perfectamente para definir tanto el anterior título como éste último, del que no entendí nada y lo entendí todo. Así de grande es la literatura. Pese a que el autor escribe que “los comiezos, contra toda opinión, carecen de importancia”, no hay que creerle. Mira que eres tiene uno de esos comienzos que se recuerdan una vez terminado el libro, e incluso diría que su función es regresar a él llegado el final, como un bucle infinito, como un círculo vicioso del cual te convences a ti mismo que es imposible salir: “Como si la sombra hubiera sobrevivido al árbol. Eso parece lo que he escrito, una sombra que se ha desentendido de mí, aunque terminará por rendise a la costumbre”. Mira que eres es a un tiempo un poderoso crisol de historias, fragmentos, citas, y una sagaz reflexión sobre el papel de la escritura —oral o escrita— en nuestras vidas. Un libro prodigioso que se mueve entre la realidad y la ficción, entre lo vivido y lo imaginado; un inteligente juego de espejos en el que hay que hacer un gran esfuerzo para no quedar atrapado dentro de él, como en el sueño que el narrador, él o ella —no está claro si es hombre o mujer— tiene con un desconocido que se sienta a su lado en una cafetería: “Soñé que estabamos juntos. Yo abría una cajita cuadrada que contenía un espejo y lo ponía delante de él para que apareciera reflejado su rostro. La cerré. Al cabo de un rato, ya sin que estuviera presente, volví a abrirla. Su cara seguía allí, en el espejo”. Con Mira que eres, Rodríguez ha vuelto a situar la literatura en lengua española en el mapa con una fuerza que no se veía desde Los detectives salvajes de Roberto Bolaño. Está claro que no es una lectura fácil, requiere que atravesemos todos los rubicones de los prejuicios. A cambio la recompensa es grande. Si un milagro se define como una violación de una ley natural, Mira que eres es un milagro literario que viola todas las leyes escritas hasta hoy sobre lo que es y no es una novela. Les llegará al corazón, pero les volará la cabeza.


“Mi escritura lidia con el humo de su frase; la claridad, la elección de una palabra u otra, su posición dentro de la oración, los puntos, párrafos, el latido, no cuentan con el lector. Tienen más que ver con el efecto del humo en mis ojos”.


Luis Rodríguez, Mira que eres



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(*) J. Ernesto Ayala-Dip, “Una simulación del ‘big bang’ de la ficción”, Babelia, 22 de abril de 2019.