miércoles, 22 de noviembre de 2017

El asesino en vilo

Charles Manson entró en parada allá por 1971, cuando ingresó en la cárcel de Corcoran, en California, donde murió el pasado domingo, aunque su leyenda no dejó de crecer y extenderse por todo el mundo. Manson es, probablemente, el criminal más famoso de la historia desde Jack el Destripador, aunque a diferencia del asesino en serie británico, al que se le atribuyen al menos cinco asesinatos en el barrio londinense de Whitechapel en 1888, Manson no cometió ningún homicidio por su propia mano, sino que fue condenado a muerte (en 1972 la Corte Suprema de California abolió la pena de muerte y pasó a cumplir cadena perpetua) por ser el autor intelectual de los asesinatos de siete personas, entre ellas la actriz Sharon Tate, esposa de Roman Polanski, embarazada de ocho meses, en su mansión de Beverly Hills en Los Ángeles, en 1969. Si Manson se ha hecho con el primer puesto —y no le han faltado candidatos de todo tipo: Ed Gein, Ted Bundy, John Wayne Gacy, Jeffrey Dahmer, Edmund Kemper, David Berkowitz, Aileen Wuornos, Andrei Chikatilo— es porque se lo ganó a pulso, nadie le regaló nada. Hizo méritos de sobra pasándose a policías, jueces, jurado, forenses, psicólogos, periodistas, etcétera, por el forro de los cojones. En realidad, Manson es la antítesis de Jack el Destripador. Ni siquiera se le puede definir como un serial killer, sino como un lunático que profetizaba la llegada de un segundo Holocausto en forma de guerra entre negros y blancos. La idea la sacó de la canción Helter Skelter [Descontrol] de los Beatles. Manson creía que los Beatles eran los cuatro Jinetes del Apocalipsis. Al mismo tiempo él mismo se consideraba el Ángel Exterminador: "Lennon, el profeta, me dijo: Charlie, levántate; ¡acaba con esos cerdos!". ¿Se puede explicar con palabras un monstruo tan inexplicable como Manson? Quizás no. Pero Vincent Bugliosi, el fiscal de Los Ángeles que procesó a Manson y a cuatro miembros de su familia —Tex Watson, Susan Atkins, Linda Kasabian y Patricia Krenwinkel— lo intentó en el libro Helter Skelter: The True Story of the Manson Murders (1974), coescrito con Curt Gentry. Para quien no lo sepa, Helter Skelter está considerada como la Biblia de la crónica negra americana, con permiso de Robert K. Ressler y Tom Shachtman, autores de El que lucha con monstruos (Whoever Fights Monsters: My Twenty Years Tracking Serial Killers for the FBI,1992; Seix Barral, 1995 [hay nueva edición con el título de Asesinos en serie, Ariel, 2018]), que marcó un antes y un después en la historia de la literatura forense. En 2019, la editorial Contra publicará por primera vez en España el libro de Bugliosi, abogado de la acusación en el juicio de Manson. Váyanse preparando, Helter Skelter es un libro de una crudeza sin concesiones, triste, desasosegante y oscuro como el hilo musical de una tumba.  



  
"El acto mismo de matar deja al asesino en vilo, porque el crimen no ha sido tan perfecto como su fantasía". 

Robert K. Ressler y Tom Shachtman, El que lucha con monstruos [Asesinos en serie]