Había que aprovechar el éxito de La mujer de papel (An Unnecessary Woman, 2014) tras haber sido galardonada en Francia con el premio Fémina 2016, y la
editorial Lumen lo ha hecho rápidamente reeditando la novela del escritor libanés Rabih
Alameddine que, cuando se publicó en 2014, al menos en España, pasó desapercibida.
La mujer de papel es una
novela tan apasionante como apasionada de los libros es su protagonista Aaliya,
una mujer de sesenta años que vive enclaustrada en su apartamento de Beirut,
dedicada a leer libros y a traducirlos, mientras fuera caen las bombas. La vida
de Aaliya está brutalmente condicionada por la guerra del Líbano, y esa
necesidad de leer y traducir es su manera de estar en el mundo, aunque ella es
consciente de que su trabajo no tiene ninguna trascendencia más allá de las
cuatro paredes que la rodean: "El mundo sigue tanto si yo hago lo que hago como
si no. Tanto si encontramos la maleta perdida de Walter Benjamin como si no, la
civilización continuará yendo hacia adelante y hacia atrás, la gente recorrerá
el planeta, estallarán guerras, se servirán comidas. Tanto si alguien lee a
Pessoa como si no. Todo este negocio del arte no tiene ninguna trascendencia". La
mujer de papel es una joya
que brilla raro en un mundo que está para otra cosa.
"La mayoría de la gente afirma sentir nostalgia de su
infancia o de un primer amor, o quizá de Beirut tal como era antes, o de sus
padres, ya muertos. Yo no, o al menos no en el sentido en que lo dice la gente.
Yo siento nostalgia de ciertas escenas, [...] siento nostalgia de los paseos
por el camino de Swann, así como por el camino de Guermantes; del momento en
que Charles Kinbote sorprende a John Shade bañándose; de cómo se sienta Ana
Karenina en el tren".
Rabih Alameddine, La mujer de papel