En una carta dirigida a su gran amigo A.G. Porta, Roberto Bolaño le ponía al corriente de su implacable lucha por terminar El espíritu de la ciencia-ficción (con guión intermedio, como se escribía antes de 2000), nuevo
libro póstumo —y van seis— del autor de Los detectives salvajes: "Esta
novela de mierda me tiene atenazado por todas partes. Quiero y debo terminarla
pronto y en la tarea me he convertido en Hulk". El espíritu de la
ciencia-ficción es sin duda una novela de juventud, bien construida y de amena
lectura donde Bolaño se retrata a sí mismo buscando incansablemente la manera
de subsistir sin abandonar su sueño de convertirse en escritor. Al igual que en
Los detectives salvajes, la trama de la novela sitúa en el México DF de los
años setenta a dos escritores jóvenes que intentan abrirse hueco en el mundo de
la literatura. Uno es Remo Morán, que trabaja en el suplemento cultural del periódico La Nación; y
el otro, Jan Schrella, alter ego del autor, que ocupa sus días en enviar cartas apasionadas a sus
escritores de ciencia-ficción favoritos: Alice Sheldon (alias James Tiptree Jr.),
Robert Silverberg, Fritz Leiber, Ursula K. Le Guin, Philip José Farmer, etc. El espíritu de la ciencia-ficción no suena tan pulida ni perfecta como Los detectives salvajes, pero da la sensación de que precisamente ahí reside su encanto. Y qué apropiadísimo título, por cierto: la ciencia-ficción ha cambiado por completo desde que Bolaño escribió la novela en 1984, hace treinta y tres años, pero su espíritu se conserva intacto en sus páginas. Y hasta renovador.
"Querida Ursula K. Le Guin:
Le había escrito una carta pero por suerte no se la he mandado: era una carta pretenciosa y llena de preguntas cuyas respuestas usted de alguna manera ha dado en sus hermosos libros. Tengo diecisiete años y nací en Chile pero ahora vivo en una azotea en México DF desde donde se pueden observar unos amaneceres extraordinarios. [...] Leí que uno de cada diez norteamericanos ha soñado alguna vez con misiles nucleares cruzando un cielo estrellado. En Latinoamérica el sueño, me temo, está en relación con otros demonios".
Roberto Bolaño, El espíritu de la ciencia-ficción