domingo, 7 de noviembre de 2021

La guerra interminable

Todas las guerras son una misma guerra: desde la guerra de Troya, la conquista de México, la Guerra Civil española y la Segunda Guerra Mundial, entre otras muchas barbaries que han jalonado la Historia. Eso es lo que viene a decir el escritor y profesor mexicano Enrique Díaz Álvarez en La palabra que aparece: el testimonio como acto de supervivencia, premio Anagrama de Ensayo 2021. Por encima de catástrofes, situaciones extremas y pandemias como la actual, la amenaza más terrible que ha conocido la humanidad sigue siendo la guerra. El escritor francés André Malraux dijo que, ante la amenaza de la guerra, “la tarea del siglo próximo —o sea este siglo en el que estamos reviviendo algunas de las atrocidades del pasado— será la de integrar a los dioses”. No obstante, la posibilidad de que los dioses intervengan para bien es bastante remota. No hay más que releer la Ilíada, donde por el lado de los troyanos participan dioses como Afrodita, Apolo, Ares, Artemisa y Leto; y por el lado de los griegos intervienen dioses como Atenea, Hefesto, Hera, Hermes y Poseidón. Según Stephen Fry: “Los dioses siguen a nuestro alrededor, aprobando, desaprobando, dirigiendo y perturbando, pero el regalo de Prometeo, el fuego, ha otorgado a la humanidad la capacidad de controlar sus asuntos y construir sus características ciudades-estado, reinos y dinastías. El fuego es real y caliente*”. También el infierno es real y les aseguro que no querrían estar allí después de leer los testimonios recogidos en La palabra que aparece. Para Díaz Álvarez la guerra, cualquiera que sea su origen, “es tan solo el resultado de la posición que se mantiene en una relación de fuerzas. [...] Ello explica que no haya existido época que no conozca las matanzas masivas, los exterminios, los cuerpos insepultos”. El suyo es un ensayo, una reflexión en voz alta, sobre la palabra que aparece tras el humo que señala el lugar de la barbarie. De ahí que sea un ensayo Frankenstein, hecho de pedazos humeantes, pero pedazos convenientes, oportunos, de otros libros que han “encarado” la violencia, en el sentido de darle cara, ponerle rostro a las víctimas. Por sus páginas desfilan autores como Elias Canetti (Libro de los muertos), Aldous Huxley (El fin y los medios), Virginia Woolf (Tres guineas), Kurt Vonnegut (Matadero cinco), Primo Levi (Si esto es un hombre), Svetlana  Alexiévich (La guerra no tiene rostro de mujer) y Jorge Semprún (La escritura o la vida), entre otros. En La palabra que aparece, Díaz Álvarez realiza una investigación detectivesca y minuciosa pues, como escribió Patrick Modiano en Dora Bruder, “lleva tiempo conseguir que salga a la luz lo que ha sido borrado”, borrado por ese fuego real y caliente que Prometeo entregó a los hombres.

 

 


 

 “Aldous Huxley insistía en que la guerra es un fenómeno exclusivamente humano. [...] Le sorprende que únicamente los humanos se organicen para entablar batallas a sangre fría; que solo ellos sean capaces de planear y llevar a cabo un asesinato en masa de miembros de su propia especie. Ahora bien, el hecho de que la guerra solo se presente entre los seres humanos no demuestra que sea una ley natural. Baste pensar que tiende a eliminar a los individuos más jóvenes y fuertes, lo que resulta absurdo desde el punto de vista evolutivo”. 

 

Enrique Díaz Álvarez, La palabra que aparece

 

 

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(*) Héroes (Heroes, 2018; Anagrama, 2021) de Stephen Fry.