Leo con estremecimiento en El País: “La Feria Internacional del libro de Guadalajara (FIL) ha abierto un
debate alienígena: ¿Isaac Asimov o Ray Bradbury? Hasta el final de la semana,
se podrá votar a través de sus redes sociales y en su web a favor de uno de los
dos titanes de la ciencia ficción nacidos en el mismo año —1920—, pero padres
de dos cánones muy diferentes. El ganador será premiado con una lectura pública
de su obra cumbre —Fundación o Crónicas marcianas— durante el Día del Libro, el próximo 23 de abril, en la Rambla
Cataluña”. ¿Asimov o Bradbury? ¿Y por qué no Romeo o Julieta? ¿Elizabeth Bennet
o Mr. Darcy? ¿Catherine o Heathcliff? ¿Anna Karenina o el conde Vronsky? ¿La
Maga u Oliveira? Sin duda, lo que busca la Feria Internacional del libro de
Guadalajara es sembrar opiniones para cosechar artículos como éste publicado ayer por
El País con el
título Asimov contra Bradbury. El periódico trasladó a su vez la pregunta a seis escritores
latinoamericanos: Mariana Enríquez (“Bradbury ha puesto en Crónicas
marcianas sus largos
domingos vacíos, su tedio americano, su soledad”), Francisco Ortega (“Asimov
fue el primer best seller
de la anticipación. Sin Asimov no hay Philip K. Dick”); Alberto Chimal
(“Bradbury escribió desde una perspectiva humanista y apasionada por el arte y
por el mundo”); Michelle Roche Rodríguez (Bradbury evalúa nuestra
“responsabilidad individual o como parte de la especie humana en la denigración
del otro”); Ramiro Sanchiz (“La voz de Bradbury, el eterno humanista tecnófobo,
es en el fondo la de la reacción. Asimov, por el contrario, creyó siempre en el
futuro”), y Bernardo Esquinca (“La prosa lírica de Ray Bradbury y la
profundidad de su mensaje continúan inquietando y conmoviendo en tiempos en los
que hemos perdido el asombro”). BRADBURY 4, ASIMOV 2. Yo lucho contra eso. La
ciencia ficción me ha costado todas las relaciones sexuales que he tenido. No
sé por qué, pero antepongo la lectura de cualquier libro de Asimov o Bradbury a
otras cuestiones como el sexo, ver películas o salir a correr como hace Haruki
Murakami. ¿Por qué elegir a uno si puedes leer a los dos? La pregunta debería
haber sido otra: ¿Por qué es difícil definir qué es la ciencia ficción? Para
Asimov esto es lo que la hace diferente de otros géneros*: “Supongo que habla de la riqueza del campo de la ciencia ficción el hecho de que dos autores cualesquiera de los que se dedican a ella nunca corren el riesgo de ponerse de acuerdo sobre algo tan fundamental como es su definición”. Para Bradbury es a
través del ejercicio de la escritura fantástica como cambiamos el mundo,
excepto “lo único irremplazable en el mundo, la única persona de la cual no hay
duplicado. Usted”. Así como los polos de la ciencia ficción intercambian
continuamente sus fuerzas, si yo tuviera un dios, lo llamaría alternativamente
Bradbury y Asimov.
“Los hombres de la Tierra llegaron a Marte. Llegaron
porque tenían miedo o porque no lo tenían, porque eran felices o desdichados,
porque se sentían como los peregrinos, o porque no se sentían como los peregrinos. Cada uno de ellos tenía una razón diferente. Abandonaban mujeres
odiosas, trabajos odiosos o ciudades odiosas; venían para encontrar algo, dejar
algo o conseguir algo; para desenterrar algo, enterrar algo o alejarse de algo.
Venían con sueños ridículos, con sueños nobles o sin sueños. El dedo del
gobierno señalaba desde letreros a cuatro colores, en innumerables ciudades:
hay trabajo para usted en el cielo. ¡Visite Marte!"
Ray Bradbury, Crónicas marcianas
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(*) Según David Shields, “los géneros son cárceles de mínima
seguridad”.