domingo, 11 de abril de 2021

El nuevo amanecer de Octavia E. Butler

Por lo general, la literatura norteamericana ha glorificado el género de la ciencia ficción, pero ha maltratado a los autores —con la salvedad de unos pocos, como Isaac Asimov, Ray Bradbury o Robert A. Heinlein— que lo practicaron con denuedo; algunos incluso con auténtica obsesión, como Philip K. Dick; otros teniéndolo todo en contra, como Octavia E. Butler, escritora afroamericana, única hija de un limpiabotas, Laurice James Butler, y una criada, Octavia Margaret Guy, que vivió en sus propias carnes la segregación racial de los años cuarenta y cincuenta en los Estados Unidos: "Nunca me gustó verla entrar por las puertas de atrás. Si ella no se hubiera dejado humillar, yo nunca hubiera comido decentemente. Por eso quise escribir una novela que hiciera sentir la historia: el dolor y el miedo que los negros han tenido que aguantar para poder sobrevivir", escribió Butler a propósito del origen de su novela más emblemática Kindred*, que narra el viaje en el tiempo de una joven negra desde la California de los años 70 hasta la guerra de Secesión librada entre 1861 y 1865. Octavia E. Butler (1947-2006) es noticia estos días por tres motivos, o si lo prefieren, por tres nuevos libros publicados en España en un corto espacio de tiempo que la recuperan definitivamente del olvido: Hija de sangre y otros relatos (Bloodchild and Other Stories, 1995; Consoni, 2020), La parábola del sembrador (Parable of the Sower, 1993; Capitán Swing, 2021) y la trilogía Xenogénesis titulada La estirpe de Lilith (Lilith’s Brood. The Xenogenesis Series,1989; Nova, 2021), que comprende las novelas Amanecer (Dawn, 1987), Ritos de madurez (Adulthood Rites, 1988) e Imago (Imago, 1989). La leyenda de Butler como escritora feminista y, sobre todo, más allá de la (ciencia) ficción comenzó a labrarse con Amanecer. No sólo fue el primero de sus libros publicados en nuestro país**, sino también el primero que le abrió las puertas (de delante) en todo el mundo por su enfoque de temas sociales como el género, la sexualidad y otras cuestiones similares hoy de actualidad desde una perspectiva antropológica y especulativa. Como su propio título indica, Amanecer comienza con el despertar de la protagonista en una nave espacial. Lilith Iyapo ya ha tenido otros Despertares, pero este será el último. El gran Despertar. Apenas recuerda la guerra entre Estados Unidos y la URSS que causó la destrucción casi total de la humanidad. Tampoco recuerda su captura por los oankali, la raza alienígena que llegó justo a tiempo para rescatar a los últimos humanos y colocarlos en animación suspendida a bordo de su enorme nave biológica. A diferencia de los seres humanos, los oankali tienen tres tipos de sexo: masculino, femenino y ooloi. Han pasado 250 años y la Tierra vuelve a ser habitable. Los oankali ayudarán a la humanidad a recuperar la Tierra y comenzar una nueva cultura, pero a un precio que cambiará el significado de la palabra humano. La estirpe de Lilith es una trilogía tan inclasificable como sorprendente, llamada a dejar una gran huella en la historia del género, como la serie de Miles Vorkodsigan de Lois McMaster Bujold.

 


 

“Lilith se desnudó, negándose a pensar en lo que les parecería eso a los humanos que aún estaban conscientes. Ahora estarían seguros de que era una traidora. Se desnudada en el campo de batalla para yacer con el enemigo. […] Nikanj penetró su cuerpo con cada tentáculo de su propio cuerpo y de su cabeza capaces de alcanzarla y, por una vez, ella lo sintió como siempre había imaginado que sería. ¡Dolía! Era como verse usada, sin previo aviso, como un alfiletero. Se quedó sin aliento, pero consiguió no apartarse. El dolor era soportable, probablemente nada en comparación con el que Nikanj debía de estar sufriendo, fuera cual fuese la forma en que experimentaban el dolor ”. 

 

Octavia E. Butler, Amanecer (La estirpe de Lilith)

 

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(*) Hay edición española: Parentesco (Kindred, 1979; Capitán Swing, 2018), con traducción de Amelia Pérez de Villar.

(**) Lo publicó la editorial Ultramar en 1989, con traducción de Luis Vigil García**; la misma que publica ahora Nova, pero revidada y actualizada por Pilar Márquez.