Desde su publicación en 1948, han corrido ríos de tinta sobre las
bondades de la decimocuarta novela de Graham Greene, El revés de la trama (con la excepción de George Orwell que encontró
la trama de la novela ridícula*), lo que sin duda ha repercutido en la
fascinación que su historia sigue suscitando todavía. Para quienes la descubran
ahora, hay que decir que la novela se publicó por primera vez en español en
1950, en la editorial argentina Sur, en traducción del poeta y escritor Juan
Rodolfo Wilcock, a quien no se le ha agradecido lo suficiente su hermoso y
llamativo título, El revés de la trama —el original inglés resulta un tanto prosaico: The Heart of
the Matter [El meollo de la cuestión]—, el cual recuerda en cierto modo a Henry James: The Turn of the Screw, traducida por José Bianco como Otra vuelta
de tuerca. En Sur —donde le fueron encargadas a Wilcock
otras traducciones: Paso a la India de E.M. Forster, Aspectos del amor de David Garnett y El ángel subterráneo de Jack Kerouac—, El revés de la trama conoció diversas reediciones entre 1951 y
1980. En España, la novela se publicó por primera vez en 1955 en Edhasa, con
sede en Barcelona, donde tuvo también numerosas reediciones, siempre con la
misma traducción de Wilcock. No sería hasta 1985 cuando la editorial Seix
Barral, en su mítica colección Biblioteca Breve, decidió publicar una nueva
traducción de El revés de la trama, a cargo de Jaime Zulaika, si bien respetando el título en español de
Wilcock. Es esta última versión de El revés de la trama la que Libros del Asteroide incorpora estos
días a su catálogo, al igual que hizo el año pasado con El final del affaire, en traducción de
Eduardo Jordá. De todas las novelas de Greene, El revés de la trama es la que más requirió un esfuerzo, y de los
que extenúan, pues el autor se inspiró en su propia experiencia en Sierra Leona
durante la Segunda Guerra Mundial. Al igual que el protagonista de la novela,
el comandante de policía Henry Scobie que vive en una remota aldea africana con una mujer a la que no ama pero que necesita por razones de estabilidad, Greene no fue nunca un marido modélico, tampoco un católico modélico. Y de ahí
surgen todos los problemas de Scobie/Greene, un hombre acorralado en su propio
infierno que implora a Dios en vano. Como escribió el novelista y crítico inglés David
Lodge: “En la ficción de Greene el catolicismo no es un cuerpo de creencias
[...] sino una fuente de situaciones”. En esa tesitura se desarrolla una trama
que se sirve de la compasión como intriga, como pista a seguir para desentrañar
un puzzle de sentimientos que amenazan con hacer colapsar no solo el matrimonio
de Scobie sino también su vida. En realidad, El revés de la trama es una de esas novelas sin misterio que, sin
embargo, lo tiene todo para acabar obrando el milagro. Todos los milagros
dentro de uno: Graham Greene.
“Scobie siempre detectaba el olor de la injusticia y
de la mezquindad humana: era el olor de un zoo, a serrín, a excremento, a
amoniaco y a privación de libertad. Fregaban el lugar todos los días, pero era
imposible eliminar el olor. Los presos y los guardias lo llevaban en la ropa,
como el humo de tabaco”.
Graham Greene, El revés de la trama
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(*) George Orwell: The Sanctified Sinner. Review of The Heart of the
Matter, Graham
Greene. The New Yorker, July, 17. 1948