jueves, 14 de marzo de 2019

Hermano mayor

El recuerdo se forma a base de acumulación. No se puede recordar a partir de la nada. Es por eso, que el protagonista de Las palmeras salvajes, de William Faulkner, al final de la novela se dice para sí mismo: “Si la memoria existiera fuera de la carne no sería memoria porque no sabría de qué se acuerda. [...] Si yo dejara de ser todo el recuerdo dejaría de ser. Sí, pensó. Entre la pena y la nada, elijo la pena”. De igual parecer es el protagonista de Hermano (Brother, 2017; Alianza, 2019), segunda novela del escritor canadiense David Chariandy. Pero situémonos. Scarborough, Toronto. Principios de los años noventa. Dos hermanos de origen caribeño, Francis y Michael, que comparten la misma habitación y el mismo deseo apremiante de huir del suburbio donde han nacido, se ahogan en un presente frágil y temen un futuro imprevisible. Primero conocemos a Michael diez años después de la muerte de Francis, con 19 años. Michael tiene ahora 28 años y lucha contra toda clase de obstáculos para sobrevivir y salir adelante sin su hermano: “Francis era mi hermano mayor. Cualquier chico duro podía presumir de conocer su nombre, cualquier padre podía pronunciarlo a modo de advertencia. Pero, antes que nada, era aquel hombro desnudo y cálido, aquel cuerpo siempre a apenas un milímetro de distancia del mío. [...] Cuando cumplió los dieciocho, ya pasaba la mayor parte del tiempo lejos de mí y con chicos a los que yo estaba lejos de conocer bien. Parecía que tenían un idioma propio”. En Hermano, los fantasmas del pasado llegan para habitar el presente, suplir identidades y hacer tambalear los cimientos de la personalidad propia. En la novela de Chariandy, escrita a partir de recuerdos de su infancia, se entra con pudor —y también, por qué no decirlo, con cierto vouyerismo— para acabar rindiéndose ante una historia presidida por la inmigración y la pérdida. Entre medias, asistimos a la (de)formación de la identidad adolescente en un infierno suburbial en el que todo el mundo intenta ajustarse al papel que le ha caído en desgracia. Además de esta tragedia anunciada, Hermano trata sobre el tiempo en el sentido más cotidiano, es decir, versa en torno a cómo Michael lidia con la muerte de su hermano y aprende a convivir con sus propios monstruos y fantasmas.


 

“El recuerdo no tiene nada que ver con lo viejo y lo gris y lo que ha acabado hace mucho. [...] El recuerdo es el músculo que aguijonea el presente”.

David Chariandy, Hermano