"La historia de Roma comienza con una violación". Estas palabras son la sentencia con la que el historiador británico Tom Holland comienza su último libro publicado en España, Dinastía (Dynasty: The Rise and Fall of the House of Caesar, 2015), sobre la sordidez y la crueldad de los primeros césares: Augusto, Tiberio, Calígula, Claudio y Nerón. La violación no
es solamente física —la mayoría de las fuentes coinciden en que una princesa
virgen fue asaltada por un falo divino (para los historiadores Marco Octavio y
Licinio Macer, el violador fue el tío de la chica) que emergió de las cenizas
del hogar, con el consiguiente embarazo del que nacieron dos gemelos bautizados
como Rómulo y Remo—, sino también moral-territorial: una violación de límites
morales y territoriales que han ido construyendo nuestro mundo hasta hoy mismo,
y sin intervención de ningún falo divino. La historia de Roma, para decirlo con
las palabras de Roberto Bolaño, es una novelita lumpen.
"No hay ningún otro período de la historia antigua
que se pueda
comparar a él por la pura fascinación de sus
protagonistas. [...] Matriarcas asesinas, incestuosos matrimonios de personajes
ambiciosos, machos beta despreciados que, sin embargo, al final detentan poder
de vida y muerte sobre todos: todos estos elementos, tan habituales en
la actualidad literaria, se basan
en los acontecimientos de este período".
Tom Holland, Dinastía