Decía Mario Benedetti que "de dos peligros debe cuidarse el hombre nuevo: de la derecha cuando es diestra, de la izquierda cuando es siniestra".
Lo que está ocurriendo en Francia —con Marine Le Pen instalada en la izquierda siniestra
y Emmanuel Macron tendiendo la diestra a la locomotora alemana—, no es nuevo.
Es algo que viene produciéndose en los países del euro desde que los que
manejan la economía mundial en beneficio propio no distinguen la moneda única
del individuo único. Podemos protestar o enfadarnos, indignarnos o exaltarnos,
pero el tren sigue avanzando, por vías subterráneas, ajeno a la carga de dolor
que lleva. Lo que hay que hacer es buscar la puerta pequeña y secreta, la
puerta de Alicia, que abre otros caminos. Lo más probable es que entonces nazca
una posibilidad inesperada por pequeña que sea.
"¿Podrías decirme,
por favor, qué camino debo seguir para salir de aquí?
–Esto depende en gran
parte del sitio al que quieras llegar –dijo el Gato.
–No me importa mucho
el sitio… –dijo Alicia.
–Entonces tampoco
importa mucho el camino que tomes –dijo el Gato.
–… siempre que llegue
a alguna parte –añadió Alicia como explicación.
–¡Oh, siempre
llegarás a alguna parte –aseguró el Gato– si caminas lo suficiente!".
Lewis Carroll, Alicia en el País de las Maravillas